La incorporación de consejeros independientes, la salida a bolsa y la entrada en el capital de inversores institucionales pueden dar a Eulen una salida al conflicto y la estabilidad que necesita para afrontar el futuro. Ésa es la meta que se ha fijado David Álvarez. “Menos mal que estoy vivo, porque si esto pasa estando yo muerto, la guerra fratricida acaba con la empresa”, sentencia el fundador de Eulen.(
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