martes, 6 de septiembre de 2011

El vigilante muerto en la estación de Castelldefels tenía "un corazón con diversas patologías"

Castelldefels (ACN) .- Giro en la investigación de la muerte de un vigilante de Prosegur en la estación de Castelldefels tras un incidente con un pasajero de 20 años el pasado 1 de abril. La muerte del vigilante de Prosegur en Castelldefels provocó cierta alarma social, y abrió el debate sobre si estos guardias deben tener la consideración de autoridad pública. La polémica se desató después de que muchos testigos señalaran, el mismo día de los hechos, que el vigilante murió al recibir una agresión que fue tachada de brutal.

Pero el informe de la autopsia, al que ha tenido acceso la ACN, señala una dirección opuesta: "Los diferentes elementos sobre los que se puede sustentar esta hipótesis no tienen auténtica base, las heridas son por reanimación, y desfibrilador", dice, dejando constancia de que el cadáver presentaba golpes en la cara, pero pocos en el pecho. Por lo tanto, indica, "no se confirma la hipótesis de una contusión cardiaca".

El informe apunta, en cambio, hacia "la patología cardiaca severa que padecía la víctima. Esta patología venía de tiempo atrás, porque la pared anterior el corazón presenta múltiples focos de cicatrización y remodelación", indica, y recalca que la enfermedad "era grave y puede justificar la muerte por sí misma".

Insistiendo en la importancia de la debilidad del corazón, los médicos legales destacan que "aunque se sospecha la existencia de un impacto en el miocardio, éste no hubiera tenido relevancia clínica de no existir la enfermedad cardiaca". La conclusión, pues, es contundente: "Se trata indiscutiblemente de un corazón extremadamente patológico el que ante situaciones de sobreesfuerzo o estrés puede descompensarse de forma muy rápida".

Tenía un infarto de miocardio antiguo

El hallazgo realizado en la autopsia, practicada el mismo día de la muerte, motivó que se examinara el corazón con más detenimiento. El examen microscópico detectó entonces "un infarto de miocardio antiguo". Finalmente, los resultados definitivos se entregaron al juez el 19 de mayo con una conclusión clara: "No hay elementos que permitan mantener la hipótesis de la contusión en el corazón", apuntan.

Otras investigaciones judiciales, además, revelan que el guardia muerto, Rafael G. J., prestaba servicio sin haber pasado la revisión médica anual de empresa a pesar de tener un corazón que, según los médicos, era incapaz de resistir una situación de estrés previsible en el trabajo de vigilante de seguridad. El empleado se había negado a pasar esta revisión.

"Fue el propio trabajador quien decidió voluntariamente renunciar a este reconocimiento médico", se han excusado fuentes de Prosegur, recordando que "el Estatuto de los Trabajadores establece que la empresa no puede obligar a sus empleados a someterse a la revisión médica si estos se niegan".

También han recordado que Rafael G. J. tuvo que presentar un certificado médico a la policía, como marca la ley, para obtener la Tarjeta de Identificación Personal, en diciembre de 2009. Por lo tanto, Prosegur se excusa recordando que "al otorgar la tarjeta TIP, Interior garantiza que el titular de la misma es plenamente apto para el desarrollo de la actividad profesional de vigilante de seguridad privada".

El acusado, en libertad tras los resultados de las autopsias

El hallazgo de las autopsias supusieron un cambio en la situación del acusado: El 12 de mayo la Audiencia Provincial revisó la medida de encarcelamiento cautelar provisional que había impuesto inmediatamente después de los hechos al joven acusado, que entonces tenía 20 años y ahora ya ha cumplido 21. Lo dejaron en libertad vigilada, aunque no le volvieron a dar el pasaporte y le obligaron a comparecer semanalmente.

"El informe médico-legal define claramente que la contusión cardiaca habría sido leve y que el desencadenamiento de la muerte respondería exclusivamente a haberse asentado en un terreno corporal muy alterado por una patología cardiaca realmente severa y que podría justificar la muerte por ella misma ", y además "los testigos en ningún caso han descrito un impacto de esta intensidad y destino", recuerda el tribunal.

Dudas sobre si el chico pegaba al vigilante o el vigilante al chico

Uno de los testigos que niegan que la agresión fuera brutal, a los que hacen referencia a los jueces, es J. P., un chico conocido del agresor que pasaba casualmente por la estación en el momento de los hechos. Este joven declaró que "cuando llegó estaba el chico en el suelo, con el guardia de seguridad encima".

Es más, este testigo, que llamó al 112, declara que si llamó al 112 lo hizo para alertar de las agresiones del vigilante, no del chico. Porque vio "que el vigilante le dio un par de veces a Sergio, y con las esposas puestas vio como el vigilante golpeó en la cabeza al detenido y no vio a Sergio dar golpes al vigilante". El acusado, que ahora vive en Castelldefels con su familia, también insiste en que fue él quien recibió la mayor parte de los golpes y que le quedaron marcas de las contusiones.

Fuente de.:

http://www.lavanguardia.com/sucesos/20110906/54211328372/el-vigilante-muerto-en-la-estacion-de-castelldefels-tenia-un-corazon-extremadamente-patologico.html