Francisco Caro trabaja en el hospital Infanta Cristina desde 1999. Pero no es médico ni enfermero sino responsable de seguridad de un recinto por el que pasan a diario cientos de trabajadores y miles de visitantes, muchos de ellos aquejados de enfermedades que causan en su estado de ánimos situaciones límite. «Si el paciente o sus familiares vienen nerviosos y nosotros no mantenemos la calma, puede haber un choque».
Su reflexión forma parte de las vivencias de este profesional de la seguridad privada hospitalaria, un sector poco reconocido a veces que protagoniza servicios tan importantes como el realizado hace unos días, cuando fue detenido un delincuente procedente de Villar del Rey que se enfundó una bata médica para pasar desapercibido mientras sustraía varios ordenadores del hospital Infanta Cristina usando una bata médica.
El robo fue cometido el 22 de abril a las 9 de la noche. A esa hora, el ladrón logró abrir una puerta corredera del hospital y colarse en la zona de consultas externas, donde se apoderó de tres ordenadores instalados en la zona de atención al público.
Mientras actuaba, los vigilantes de seguridad del hospital hicieron una ronda por la zona en la que se produjo el delito, pero el ladrón debía haberles cogido la medida y no fue detectado.
Tan pronto como el personal del hospital se percató de lo sucedido, los responsables de la empresa de seguridad visionaron las grabaciones realizadas por las cámaras del hospital para tratar de identificar al delincuente, que fue detenido pocas horas después en la segunda planta el complejo sanitario formado por el Materno Infantil y el Perpetuo Socorro.
Juan Carlos Pérez Sández es el director operativo de Secoex, la empresa contratada por el Servicio Extremeño de Salud para realizar los trabajos de vigilancia en el hospital. Lleva años en el sector y asegura que este tipo de hechos no es habitual porque el trabajo de prevención resulta eficaz.
Evitar los robos
Con todo, reconoce que la perfección no existe, y cada cierto tiempo son informados de la sustracción de carteras o prendas de abrigo en las habitaciones del hospital o en las taquillas y vestuarios del personal médico.
En ocasiones, los autores de esos delitos son personas que acceden desde la calle, pero otras veces se trata de familiares de enfermos hospitalizados que aprovechan su paso por el hospital para cometer algún delito. «Nuestra preocupación no sólo son los robos, también tratamos de ahuyentar a los aparcacoches ilegales que actúan en los alrededores».
Hace sólo unos días, los vigilantes de Secoex que trabajan en el complejo hospitalario Materno Infantil-Perpetuo Socorro también lograron localizar a dos personas que estaban colocando pasquines ofensivos en los limpiaparabrisas de los coches, un hecho que había sido denunciado por la persona contra la que se lanzaban esos ataques.
Juan Carlos Pérez-Sández reconoce que la evolución del servicio de seguridad en los hospitales pacenses corre pareja a la evolución de la sociedad. «Ha cambiado el servicio, ha cambiado el número de vigilante, han evolucionado las prestaciones de las cámaras de seguridad, pero nuestra función sigue siendo la misma».
Entre las mejoras que se han producido se encuentra la creación de un Centro Operativo de Seguridad (COS) en el Infanta Cristina y otro en el Materno Infantil-Perpetuo Socorro.
Allí se encuentra de forma permanente un vigilante de seguridad que visiona las cámaras instaladas para detectar la presencia de cualquier intruso. «Inicialmente se grababa en cintas pero ahora existen discos duros en los que se almacenan las grabaciones de los 30 días anteriores, que es lo que permite la ley».
Los dispositivos de seguridad son claves cuando se detectan robos, pero hay ocasiones en las que sólo resulta efectiva la actuación inmediata de los vigilantes, que se enfrentan a situaciones nuevas cada día.
«Para nosotros es fundamental el diálogo, explicar el porqué de las medidas que tomamos, tener mano derecha... pero hay veces en las que no resulta fácil. Yo llevo once años aquí y cada día me pasan cosas distintas a las que hay que saber responder», relata Francisco Caro.
Conflicto por el tabaco
Curiosamente, dos de las medidas que han provocado conflictos están relacionadas con cuestiones que poco tienen que ver con el funcionamiento de un hospital: la prohibición de fumar en el entorno y la necesidad de respetar el horario de visitas y el número máximo de acompañantes.
«El personal de seguridad que trabaja en los hospitales realiza un curso especial en la materia para saber cómo enfrentarse a las situaciones más frecuentes, eso es tan importante como la experiencia», concluye Pérez Sández.