lunes, 16 de diciembre de 2013

Contra la privatización de lo público, SÍ. Contra el descredito del Sector de Seguridad Privada, NO.

Contra la privatización de lo público, SÍ. Contra el descredito del  Sector de Seguridad Privada, NO.
 
Estamos asistiendo a un linchamiento mediático del Sector de Seguridad Privada que no vamos a permitir. NO SOMOS CULPABLES.

Somos trabajadores de Seguridad Privada, tan profesionales o más que cualquier trabajador de su sector. Disponemos de la formación necesaria para la realización de nuestras funciones, y si estas cambian, también la formación se adecua y actualiza.

Estamos totalmente controlados y regulados por diferentes Leyes, entre la que está la vigente ley de seguridad privada del 92, hasta su sustitución por otra.  Somos complementarios y subordinados respecto a los de la seguridad pública.

No somos matones, ni gorilas, ni policías frustrados, ni nada que se le parezca. Somos simplemente “VIGILANTES DE SEGURIDAD”.

Desde 1.974 hasta 1.992 (CERCA DE 20 AÑOS) existía una figura única denominada VIGILANTE JURADO UNIFORMADO Y ARMADO que tenía la condición de AGENTE DE LA AUTORIDAD EN EL EJERCICIO DE SUS FUNCIONES.  Aunque datamos desde 1840 con el reglamento para los guardas municipales y particulares de campo de todos los pueblos del reino (Gaceta de Madrid 10/11/1840).

En  1992(hace más de 20 años) Gobernando el Partido Socialista se promulga la primera Ley de Seguridad Privada en Democracia y en su exposición de motivos se dice entre otras cosas:

·         “…De aquí que países como Bélgica, Francia, el Reino Unido o Italia hayan aprobado recientemente leyes de nueva planta o modificado su anterior legislación para integrar funcionalmente la seguridad privada en el monopolio de la seguridad que corresponde al Estado”.

·         El desarrollo de la seguridad privada que se ha producido en nuestro país, a partir de la primera regulación de este tipo de prestaciones de servicios, en 1974, obliga a revisar el tratamiento legal para permitir un control eficaz del elevado número de empresas del sector y de los actuales vigilantes jurados de seguridad, cuya existencia no puede ser cuestionada, toda vez que se trata de un medio de prevención del delito y contribuye, por tanto, al mantenimiento de la seguridad pública.

·         En este marco se inscribe la presente Ley, en su consideración de los servicios privados de seguridad como servicios complementarios y subordinados respecto a los de la seguridad pública.

Los Vigilantes de Seguridad están preparados para ejercer las funciones que le sean encomendadas, con la misma profesionalidad que el resto de Cuerpos y Fuerzas del Estado, como venimos demostrando desde hace más de 40 años. Lo demostramos con los Escoltas en Euskadi, los atuneros en el Índico, y día, a día, en los miles de puestos de trabajo a los que prestamos Seguridad.

Estamos a favor de una mayor protección Jurídica (que la tuvimos durante 20 años sin problemas) y de más atribuciones que no supongan merma de lo público.

Que nadie se rasgue las vestiduras cuando escucha la palabra “AGENTE DE LA AUTORIDAD” , para los Vigilantes, hay muchos Agentes de la Autoridad en el Ejercicio de sus funciones( en revisor del tren, médicos, maestros, etc..), que solo pretende proteger su cometido.

Los vigilantes salvamos vidas, protegemos, y ponemos a disposición de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado a cientos de delincuentes cada año, pero necesitamos mayor protección y reconocimiento público. Siempre se olvidan de nosotros en las grandes catástrofes que ha habido en España y donde hemos colaborad activamente.

No es posible que se habrán grandes debates en la opinión pública, sin contar con los representantes de los trabajadores de Seguridad, que son los aludidos y vilipendiados.

RESPETO AL SECTOR