Estamos asistiendo a un linchamiento mediático del Sector de
Seguridad Privada que no vamos a permitir. NO
SOMOS CULPABLES.
Somos trabajadores de Seguridad Privada, tan profesionales o
más que cualquier trabajador de su sector. Disponemos de la formación necesaria
para la realización de nuestras funciones, y si estas cambian, también la
formación se adecua y actualiza.
Estamos totalmente controlados y regulados por diferentes
Leyes, entre la que está la vigente ley de seguridad privada del 92, hasta su
sustitución por otra. Somos complementarios y subordinados respecto a los de la
seguridad pública.
No somos matones, ni gorilas, ni policías frustrados, ni
nada que se le parezca. Somos simplemente “VIGILANTES
DE SEGURIDAD”.
Desde
1.974 hasta 1.992 (CERCA DE 20 AÑOS) existía una figura
única denominada VIGILANTE JURADO UNIFORMADO Y ARMADO que tenía la
condición de AGENTE DE LA AUTORIDAD EN EL EJERCICIO DE SUS FUNCIONES. Aunque datamos desde 1840 con el reglamento
para los guardas municipales y particulares de campo de todos los pueblos del
reino (Gaceta de Madrid 10/11/1840).
En 1992(hace más de 20 años) Gobernando el
Partido Socialista
se promulga la primera Ley de Seguridad Privada en Democracia y en su
exposición de motivos se dice entre otras cosas:
·
“…De aquí que
países como Bélgica, Francia, el Reino Unido o Italia hayan aprobado
recientemente leyes de nueva planta o modificado su anterior legislación para
integrar funcionalmente la seguridad privada en el monopolio de la seguridad que corresponde al Estado”.
·
El desarrollo
de la seguridad privada que se ha producido en nuestro país, a partir de la
primera regulación de este tipo de prestaciones de servicios, en 1974, obliga a
revisar el tratamiento legal para permitir un control eficaz del elevado número
de empresas del sector y de los actuales vigilantes jurados de seguridad, cuya existencia no puede ser cuestionada,
toda vez que se trata de un medio de prevención del delito y contribuye, por
tanto, al mantenimiento de la seguridad pública.
·
En este marco se
inscribe la presente Ley, en su consideración de los servicios privados de
seguridad como servicios complementarios y subordinados respecto a los de la
seguridad pública.
Los Vigilantes de
Seguridad están preparados para ejercer las funciones que le sean encomendadas,
con la misma profesionalidad que el resto de Cuerpos y Fuerzas del Estado, como
venimos demostrando desde hace más de 40 años. Lo demostramos con los Escoltas
en Euskadi, los atuneros en el Índico, y día, a día, en los miles de puestos de
trabajo a los que prestamos Seguridad.
Estamos a favor de una mayor
protección Jurídica (que la tuvimos durante 20 años sin problemas) y de más
atribuciones que no supongan merma de lo público.
Que nadie se rasgue las vestiduras
cuando escucha la palabra “AGENTE DE LA
AUTORIDAD” , para los Vigilantes, hay muchos Agentes de la Autoridad en el
Ejercicio de sus funciones( en revisor del tren, médicos, maestros, etc..), que
solo pretende proteger su cometido.
Los vigilantes salvamos vidas,
protegemos, y ponemos a disposición de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del
Estado a cientos de delincuentes cada año, pero necesitamos mayor protección y
reconocimiento público. Siempre se olvidan de nosotros en las grandes
catástrofes que ha habido en España y donde hemos colaborad activamente.
No es posible que se habrán
grandes debates en la opinión pública, sin contar con los representantes de los
trabajadores de Seguridad, que son los aludidos y vilipendiados.
RESPETO AL SECTOR