Los resultados de la normativa laboral que está aplicando el Gobierno del PP saltan a la vista: desde la entrada en vigor de la reforma laboral se han perdido 610.000 empleos y en términos de asalariados la pérdida ha sido mayor: 663.000 puestos de trabajo. Aun cumpliendo la estimación de creación de empleo del 0,2% contemplada en los Presupuestos Generales del Estado para este año, el resultado seguiría siendo pobre en un país con un 26% de paro. Además, a la vista de los datos, esta reducida creación de empleo vendría dada por circunstancias muy preocupantes como es el deterioro de la calidad del empleo. Todas las medidas laborales del Gobierno apuntalan este camino. La contratación indefinida y el contrato a tiempo completo están cediendo terreno a la contratación temporal y a tiempo parcial. UGT considera que hay que impulsar un marco laboral completamente distinto, que apueste por la calidad del empleo y el impulso de actividades de alto valor añadido, uno de los puntos que defiende en la agenda alternativa para mejorar la situación económica, el empleo y el bienestar de los ciudadanos.
Aunque el Gobierno afirma que el Real Decreto-Ley 16/2013, de 22 de diciembre, se limita a realizar una serie de ajustes menores. No es así. La reforma es de tal calado que cambia el sistema de contratación, de tal forma que el contrato indefinido a tiempo completo dejará de ser el núcleo esencial sobre el que gravite la contratación para dejar paso al contrato de trabajo a tiempo parcial y preferentemente temporal.
La parcialidad y discrecionalidad en la toma de decisiones de este Gobierno vuelve a ponerse en evidencia primero por la forma; de nuevo se hurta el diálogo social y el Ejecutivo opta por utilizar un Real Decreto Ley para modificar de tapadillo un cambio sustancial en la contratación y por el contenido: el Ejecutivo parece renunciar al trabajo a tiempo completo como fórmula para crear empleo e intenta suplirlo con un contrato a tiempo parcial transformado, en la práctica funcionará como un contrato a tiempo completo pues se podrá ampliar la jornada laboral del mismo, en base a las horas complementarias, siempre y cuando al empresario le interese y se lo comunique al trabajador con un margen de tres días.
Este contrato parcial modificado, que ofrece mayor disponibilidad de los trabajadores, contratados con esta modalidad, será un duro obstáculo a la conciliación laboral y familiar, una de los argumentos que utiliza este Gobierno para vender este contrato. Un contrato que bien regulado puede ser una oportunidad, para este fin, pero que mal regulado se puede convertir en un fraude.
Además el contrato a tiempo parcial se utiliza mal en España. En primer lugar porque no tiene carácter voluntario, es decir, la gran mayoría de las personas que trabajan con esta modalidad, lo hacen porque no han encontrado uno a tiempo completo. En España, Grecia e Italia, entre otros, más de la mitad de los trabajadores a tiempo parcial lo hacen de forma involuntaria, una tendencia al alza en España que actualmente supera el 60% del empleo parcial.
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