El recién elegido secretario general de la UGT, Josep María Álvarez, se presentó ayer ante los delegados del 42º Congreso Confederal del sindicato con un mensaje de continuidad de las políticas de su antecesor en el cargo, Cándido Méndez, aunque reconoció que la organización necesita reformas para adaptarse al siglo XXI, para lo que se comprometió a mejorar la transparencia y participación. “Vamos a transformar este sindicato y lo vamos a hacer partiendo de lo que tenemos. No hay ruptura, hay continuidad”, afirmó.
En sus primeras palabras como líder de la UGT, Álvarez apostó por una alianza de los partidos de la izquierda en el Parlamento, y llamó a esa “mayoría de izquierdas” a derogar la reforma laboral aprobada por el Gobierno del PP. “A mí me gustaría que esa mayoría de izquierdas que hay en el Parlamento español dé una respuesta a los problemas que tenemos los ciudadanos y las ciudadanas; que se dejen de tonterías”, señaló.
Álvarez insiste en estos mismos argumentos en varias entrevistas publicadas en los diarios nacionales, en las que además insiste en su defensa del derecho a decidir de los catalanes. En su opinión, la solución al desafío soberanista de Cataluña sólo puede venir de la mano de una reforma de la Constitución en el aspecto territorial, para ir hacia un Estado federal “que promueva mayores niveles de autogobierno, solidaridad y cohesión social”. El nuevo líder de la UGT interpreta su victoria ante el candidato oficialista, Miguel Ángel Cilleros, como “la derrota de la catalanofobia”.
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