ME SUENA DE ALGO
España:
Ley 23/1992, de 30 de julio, de Seguridad Privada. EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
La atribución a las empresas de seguridad de la posibilidad de realizar servicios de protección personal supondría la normalización y adecuación de este tipo de actividades a una normativa concreta que vendría a llenar el vacío legal existente, ante una situación real pero no prevista jurídicamente, debiéndose establecer fuertes mecanismos de control por parte de la Administración, como respecto de los servicios en sí mismos y del personal encargado de prestarlos.
En Venezuela la proliferación de los llamados "escoltas" generó un ámbito laboral que se ha cubierto con una multiplicidad de actores de todo tipo: desde policías y militares activos o retirados especializados en el área, pasando por exfuncionarios de seguridad que fueron expulsados de sus respectivos organismos, hasta personas que no cuentan con formación ni entrenamiento para ello pero que sí poseen portes de armas y ejercen esa labor. Todos ellos van conformando una amalgama heterogénea, compleja y muchas veces peligrosa de personas que custodian a otras personas.
Ante el descontrol en esta materia, el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia aprobó en el año 2012 una resolución reguladora en el tema de los escoltas civiles (vale decir, aquellos que no son funcionarios policiales o militares). Dicha norma establece que podrán contar con escoltas solo los "altos funcionarios, personal de alto nivel y de dirección del Poder Público, altos dignatarios representantes de los países extranjeros en Venezuela", así como el personal de alto nivel de otras instituciones del Estado. La exigencia en cuanto al perfil para cumplir ese rol incluye que quien pretenda ser escolta debe aprobar exámenes físicos y sicológicos; no debe tener antecedentes policiales ni penales; debe haber prestado el servicio militar y realizado exitosamente los cursos de formación para custodia de personalidades que dicte la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES), única institución autorizada para dar ese tipo de formación. Dicha Universidad diseñó un curso especializado en el cual se enseñan los procedimientos necesarios para la protección de personalidades, que incluye entrenamiento físico, resolución de conflictos, uso de la fuerza no letal y potencialmente mortal, soporte básico de vida, derechos humanos, habilidades de desarrollo personal, entre otros componentes altamente técnicos y especializados.
Algunos actores vinculados a este sector pretenden impulsar una cuasi equiparación laboral de los escoltas con los funcionarios de la seguridad pública, lo cual a todas luces implicaría traspasar barreras peligrosas en los ámbitos específicos de acción de cada quien y nos acercarían a una visión privatizadora de la seguridad, que es lo que precisamente un Estado socialista y democrático como el nuestro debe evitar.
