Sin embargo, éste no va a ser el caso a corto plazo. Los inversores ya temen la ruptura del euro y se mantienen alejados de todo lo que huela a Europa. El BCE no tiene intención de montarse en un helicóptero e inundar de dinero la economía al estilo de la Fed. Y eso deja al país enfrentado con un panorama desolador, agravado porque ahora encima se sustraen más rentas de las familias para transmitirlas al Estado.
Si las previsiones macroeconómicas pronostican una recesión del 1,7 por ciento para este año, después de una subida del IVA, la eliminación de la paga extra a los funcionarios, la reducción de la prestación por desempleo, el alza de la tarifa eléctrica y el previsible tajo a las pensiones, la economía se contraerá aún más durante el segundo semestre. Y el batacazo será muy severo en cuanto acabe el buen tiempo, pudiendo incluso anclar el desempleo en cotas superiores al 25 por ciento.
La economía se contraerá aún más durante el segundo semestre, pudiendo anclar el desempleo en el 25%El repentino buen dato de paro de junio tan sólo significa que los empresarios del sector servicios han esperado hasta el último instante para contratar debido a las malas perspectivas. Y el nuevo incremento de los impuestos indirectos los lastrará todavía más, perjudicando a sectores importantes como el turismo o el automóvil.
Para colmo, las pagas extras de los funcionarios se originan en unos trabajos seguros y por ello las familias siempre las destinan en mayor medida al consumo. De modo que sin ellas las compras de Navidad se resentirán mucho. Por lo general, el ciudadano verá mermada su renta disponible y dedicará más recursos al desendeudamiento.
Al final, el PIB puede profundizar en su deterioro y acercarse al 2 por ciento de caída. Semejante hundimiento hará que, por efecto estadístico al compararse con el ejercicio anterior, el crecimiento del año que viene se quede casi en el 0. Pero la economía continuará mal, inmersa en su atonía y por tanto destruyendo empleo. Al quinto año de la crisis, muchos se convertirán en parados de larga duración cada vez más difíciles de colocar.
Las subidas de impuestos han demostrado no tener buenos resultados
Privada de actividad, resultará harto complicado que se cumplan las previsiones de ingresos. El principal problema radica en que estos ajustes descansan sobre todo en subidas de impuestos después de haberlos elevado ya en varias ocasiones sin apenas resultados. Ni las alzas del IVA de Solbes y Salgado, ni el recargo del IRPF de Montoro, ni todas las subidas de impuestos en países rescatados han tenido gran éxito a la hora de subsanar la caída de la recaudación. E incluso lo que no ganan por un lado lo pierden también por el otro: la reciente subida del IRPF no ha ingresado más y encima ha tumbado la caja obtenida por IVA en un 10 por ciento.
Además, estas alzas fiscales, máxime en tributos como el IVA, siempre empujan la actividad hacia la economía sumergida. Y esto no sólo sucede por una cuestión de fraude, sino también por la acumulación de unos costes excesivos que hacen peligrar la supervivencia de la empresa.
Estas alzas fiscales, máxime en tributos como el IVA, siempre empujan la actividad hacia la economía sumergidaEl plan de recortes no termina de gustar entre los analistas por varias razones: porque pone demasiado el peso sobre los impuestos y recortes puntuales como el de la paga extra; porque no se afrontan con la contundencia necesaria unos gastos estructurales superiores a los ingresos, máxime cuando la tecnología ha recortado puestos de trabajo en el sector privado al mismo tiempo que aumentaban en el público, en especial para cubrir competencias y engordar un Estado del Bienestar que no se puede pagar; porque no se toman medidas extraordinarias para controlar a las CCAA y, sobre todo, porque las cifras del ajuste no parecen factibles a primera vista y por lo tanto harán falta más medidas. Es decir, se ha pagado el coste político pero no se ha hecho todo.
Y si se tiene que recurrir de nuevo a la tijera por la falta de cumplimientos con las metas de déficit, entonces la sensación de improvisación se perpetuará, alimentando la incertidumbre dentro y fuera de nuestras fronteras.
¿Acaba pues este triste cuento de Navidad sin chuches ni carbón? La esperanza reside únicamente en que tras año y medio de sufrimientos con el país viviendo como una Argentina acostumbrada a operar sin financiación estable, allá por finales de 2013 los agentes vayan recomponiendo su tejido productivo a fuerza de ingenio y sacrificio. Empobrecidos, recuperarán competitividad y Alemania abrirá la mano a la ayuda para formar una Europa más solida y disciplinada. A ese escenario encomienda Rajoy todas sus plegarias…
http://vozpopuli.com/economia/11540-el-recortazo-anuncia-una-recaida-de-la-recesion-y-el-desempleo