En esa línea de reducción de riesgos, técnicos de la policía norteamericana han desarrollado el “StarChase”, una suerte de arma incorporada al frente del patrullero, que dispara un proyectil que se adhiere automáticamente al contacto con el vehículo que va delante.La bala tiene en su interior un GPS con el cual los uniformados pueden perseguir al vehículo en fuga con bastante más seguridad en relación al tránsito del entorno. Más aún: una vez que el disparo se instaló en el vehículo perseguido la policía puede prácticamente abandonar la carrera, ya que el GPS reporta en tiempo real la ubicación, dirección y velocidad de los que huyen.
Ya comenzó a usarse en cuatro estados de EEUU
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