Quiso zanjar el asunto pidiendo perdón, pero yo lo siento mucho: me niego a que Mónica de Oriol se acabe yendo de rositas y se minimicen sus amenazas como si no hubiera ocurrido nada tras las burradas que soltó en público el pasado día 24. “¿Ha pedido perdón? Pues venga -hay quien dice-, pelillos a la mar”. Y de eso nada. La presidenta del Círculo de Empresarios se pasó dieciocho pueblos porque no sólo despreció y puso a parir al millón largo de “ni-nis” que tenemos en España sino que dejó también muy clarita su apuesta por rebajar el salario mínimo, por disminuir e incluso liquidar los subsidios y reducir también la indemnización por despido a 18 días por año. Y de todo eso creo que es bueno que quede constancia, porque responde exactamente a lo que piensa mañana, tarde y noche la casta empresarial al completo.
Fueron tantas las lindezas desgranadas por la señora Oriol en su desaprensivo desahogo durante su más reciente encuentro con la prensa que, a pesar de que han transcurrido ya unos días, considero que es bueno levantar acta notarial, para la historia, de sus nada casuales palabras. Así que me he tomado la molestia de, tras encontrar un video con el resumen de sus más atrevidas perlas, transcribirlas aquí. Hélas:
“[los jóvenes] se salían del colegio porque sin cualificación ganaban mil y hasta mil quinientos euros. Eran el rey del mambo el viernes y el sábado. Los amigos del cole sin un puñetera duro, y ellos llegaba el viernes y el sábado e invitaban a todas las niñas. ¿Qué hacemos con esa gente, cero cualificación? Tenemos un millón de personas así, que no tienen formación ninguna y un salario mínimo que te obliga a pagarles, aunque no valgan para nada, un dinero que no producen.
A gente diferente, trato diferente. Tú no puedes homogeneizar un mercado que no es homogéneo. En el Círculo defendemos que el salario mínimo solo se aplique a partir del momento en que tengas una cualificación o que hayas hecho formación dual. Que a las empresas les permita coger a chavales sin cualificación en formación dual: un salario inferior al marcado y darles formación en el intermedio. De esa manera rompemos una barrera, porque a esta gente nadie les contrata. Les das una oportunidad de entrar en el mercado de trabajo, y luego que se busquen la vida una vez que han entrado porque el problema es entrar en el mercado.
Más flexibilidad, aproximar el coste del despido a lo que es la media europea, que está en 18 días. En febrero de 2012, lo que se hizo fue bajar de 45 a 33. Seguimos siendo los últimos de la cola, después de Francia e Italia, cuando lo que tenías que haber hecho, ya que haces una reforma… chico, ponte a la cabeza. Parécete a Austria, parécete a Alemania, parécete a Inglaterra, parécete a Irlanda, que son los que no tienen paro.
Insistimos en que es importantísimo darle la segunda vuelta a la reforma laboral, para no perder esa generación perdida de todos los ni-nis, reciclarlos obligándoles a que se formen en formación profesional, o entrando en empresas por la vía dual rebajando el salario mínimo.
Es decir, hacerlos más baratos para que sean atractivos a las empresas, primer punto, y eso aceleraría la creación de empleo porque, en fin, todos compramos cuando lo que se nos ofrece es razonable de precio, por eso vamos a las rebajas. Pero no compramos, si estamos apretaos, cosas que son caras. Y cara es una cosa que produce menos que la satisfacción o la productividad que te crea.
Nos parece que la reforma laboral ha sido muy importante, pero se ha dejado el capítulo de reducir la dualidad de este mercado y se ha dejado también fuera el tema de la empleabilidad y de los subsidios, que son los más generosos del mundo mundial, que no están condicionados a la búsqueda activa de empleo, que generan situaciones de rentas de trabajo y de parasitismo sobre los que sí trabajan.
La reforma laboral ha sido la más revolucionaria en el ámbito que ha tocado, que es la descentralización de la negociación colectiva. El protagonista de su vida tiene que ser el ciudadano; el protagonista de la empresa tiene que ser el empresario, no las organizaciones empresariales; el protagonista en la negociación con la empresa tiene que ser el trabajador, no unos representantes sindicales que normalmente hace muchos años que no trabajan”.
Que conste en acta esta elocuente vomitona de la presidenta del Círculo de Empresarios, madre de seis hijos y miembro de una de las dinastías -los Oriol- con más tradición empresarial en nuestro país. Es biznieta del fundador de la compañía ferroviaria Talgo, sobrina del expresidente de Iberdrola e hija del arquitecto Miguel Oriol.
Que no nos venga, pues, con cartas de arrepentimiento escritas con la boca pequeña. Lo que dijo el otro día esta empresaria vasca de rancio abolengo no sólo es lo que piensa toda la casta a la que pertenece, la que tutela a este gobierno títere, sino que es exactamente lo que todas las organizaciones empresariales aspiran a conseguir más pronto que tarde. ¿Les vamos a dejar?